Nadie hace caso del agua que va después de la lluvia, cuando vuelve el sol.
Poco importa si sobre esa agua hay lágrimas después de haber llorado, por amor, por dolor.
El agua se evapora, vuelve al aire, a nuestros pulmones, respirando
el viento que sentimos en la cara. Y las lagrimas vuelen a entrar en
nosotros, como las cosas que hemos perdido, pero nada se pierde en
realidad. Cada segundo que pasa, cada luna que surge no hace mas que
decirnos: vive y ama lo que tu eres, como tu seas, por lo que
seas. Mira en lo alto hacia el cielo, cierra los ojos. Y no te canses
nunca de soñar. La vida es muy corta para no ser felices juntos.
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